Generalmente, cuando el médico solicita un análisis de sangre, nos recuerda que debemos acudir al laboratorio en ayunas. Pero, ¿por qué?
Generalmente, cuando el médico solicita un análisis de sangre, nos recuerda que debemos acudir al laboratorio en ayunas. Pero, ¿por qué? Existen básicamente dos razones.
En primer lugar, la ingesta de alimentos modifica las concentraciones de ciertas sustancias (por ejemplo, el colesterol o la glucosa). Los intervalos de referencia de las diferentes pruebas se establecen a partir de condiciones “ideales”, o lo que es lo mismo, en una población sana en ayunas. Por este motivo, si se realizan los análisis sin un periodo previo de ayuno, las concentraciones que se obtienen pueden no ser interpretables por el médico, por lo que el análisis deberá repetirse.
Sin embargo, existen muchas otras pruebas en las que el ayuno no influye en los resultados (por ejemplo, el grupo sanguíneo o los anticuerpos para las enfermedades autoimmunes). Entonces, ¿por qué debo, aun así, realizarme los análisis en ayunas?
Existe una segunda razón. Podemos afirmar que, en ayunas, la sangre está más “limpia”; en caso contrario, pueden circular algunas sustancias que pueden provocar cierta turbidez en la muestra. Esta turbidez puede interferir en la medida de las concentraciones de las sustancias, y en algunos casos llegar a invalidar los resultados obtenidos. Aunque actualmente los equipos que se utilizan para la medida de las concentraciones disponen de una tecnología capaz de detectar dichas interferencias y ayudar a interpretar los resultados, estos resultados siempre serán más fiables si se dispone de una muestra de mayor calidad (más “limpia”).
Existen algunas excepciones a esta regla. Los niños, especialmente los lactantes, en quienes permanecer en ayuno durante ocho horas no es posible, son una de ellas. Además, en este grupo de población, la toma previa de alimentos favorece que estén más tranquilos y, por lo tanto, que se pueda realizar la extracción de sangre de forma más fácil. La segunda excepción son los análisis de orina. Aunque generalmente se recomienda recoger la orina de primera hora de la mañana con una retención mínima de tres horas, el ayuno no influye en los resultados.
¿Qué se entiende por ayuno?
Ayuno: ausencia de ingesta de alimentos sólidos o líquidos (excepto agua) luego de la última comida habitual del paciente.
Ejemplo: para un ayuno de 12 hs. el paciente debe terminar de cenar a las 20:00 hs aproximadamente, si piensa concurrir al laboratorio a las 8 AM.
Tomar agua y cepillarse de dientes, no invalida el ayuno a menos que el paciente tenga indicaciones especiales de tomar o no tomar líquido.
Medicamentos: la toma de medicación deberá ser la habitual del paciente de no mediar una indicación contraria a la del médico y/o el laboratorio.